¿Querés dejar de comer productos de origen animal pero no sabés por dónde empezar?
Puede que al inicio te parezca que no tenés muchas opciones o que es muy difícil ir al supermercado sin retener muchas palabras raras, marcas y denominaciones abrumadoras en tu mente. A todas nos ha pasado.
Sin embargo, te prometo que es mucho más fácil y gratificante que lo que esas ideas te pueden estar diciendo. ¡Lo importante es que lo puedas experimentar y comprobar por vos misma!
Para ayudarte a vivir el paso de esa manera, voy a compartirte cinco tips para dejar de comer productos de origen animal, procurando que puedas aprender y disfrutar mientras lo hacés.
1) Aprovechá los recursos tecnológicos
2) Aprendé a leer etiquetas
3) Sumá en lugar de restar
4) Reflexioná sobre lo que le estás dando a tu organismo
5) Trabajá en una nueva relación con los productos
1) Aprovechá los recursos tecnológicos
Hoy en día hay muchas aplicaciones inventadas exclusivamente para decirte si un producto es vegano o no. Te recomiendo, por ejemplo, AptoVegan, una aplicación para celular que contiene la misma información que la página del mismo nombre.
Esto resulta muy práctico para tener una guía rápida y fácil de usar al momento de ir a hacer las compras. Podés escribir la marca y el nombre del producto, o una palabra genérica como “chupetines” y vas a saber al instante si el producto contiene ingredientes de origen animal.
Otro recurso útil son páginas de Instagram como @veganoporaccidente. A mí, personalmente, me gustaba revisar productos en tiempos libres, no necesariamente cuando iba a comprar, sino como curiosidad para enterarme de todas las opciones que existían.
2) Aprendé a leer etiquetas
Ahora que ya sabés dónde verificar algunos productos, es buena idea comenzar a aprender a identificar los ingredientes vos misma.
Un truco que me sirvió mucho al principio fue buscar primero los alérgenos. Si vas a la lista de ingredientes de algún producto, se van a encontrar al final EN NEGRITA Y MAYÚSCULA. De esta forma, descartamos lácteos y huevos. (TIP: Si dice “puede contener” no quiere decir que sea un ingrediente, sino simplemente que en la misma fábrica puede haber entrado en contacto con ese ingrediente por la contaminación cruzada de otro producto).
Otros ingredientes como la miel, el colorante carmín y la riboflavina, no son tan fáciles de identificar porque no son alérgenos.
En esos casos, si tenés dudas sobre algún ingrediente, la aplicación de AptoVegan también tiene una sección llamada “Aditivos” donde podés escribir un ingrediente para saber si es de origen animal, vegetal, o ambiguo.
Al principio, probablemente vas a tener que buscar muchos ingredientes más de una vez. Sin embargo, con el tiempo, ya no vas a necesitar hacerlo y vas a saber identificarlos con facilidad.
3) Sumá en lugar de restar
Sí, es buena idea saber identificar algunos productos que es más cómodo comprar en el supermercado. Sin embargo, una idea que puede resultar aún mejor es ampliar tus opciones de “proveedores”.
Dietéticas, tiendas saludables, y ferias veganas organizadas por microemprendimientos son una buena opción, sin mencionar que podrías conocer gente que entienda tu postura y te proporcione más información.
De esta forma, desde dulce de leche vegetal hasta milanesas de no-pollo caseras, te vas a ir dando cuenta de que realmente hay muchas opciones que no habrías considerado antes, simplemente porque no sabías que existían.
Así, el proceso se vive a la inversa: no lo ves como “dejar” ciertos productos, sino como incorporar algo que tal vez nunca habías considerado consumir.
4) Reflexioná sobre lo que estás dando a tu organismo
Buenísimo, ya tenemos algunas herramientas para afrontar este camino nuevo que te va a acercar más a vivir acorde a tus valores. Pero es muy importante siempre recordar por qué comenzaste el proceso en un primer momento.
Seguramente más de una vez hiciste el raciocinio de qué era realmente lo que había en tu plato.
5) Trabaja en una nueva relación con los productos
Por último, pero súper importante, intentá modificar tu sistema de creencias. Ya sé que, de por sí, es lo que estamos haciendo, pero ya no te estoy hablando de comprar tal o cual producto para tal o cual fin, sino de ir un poco más allá.
Actualmente, todo el tiempo nos bombardean con cosas que “debemos consumir”. No olvidemos que esos son productos de un sistema que, por lo general, repercute en la vida de los demás animales, de los ecosistemas y de nosotras mismas.
No prestes atención a esa propaganda que te dice que tenés que consumir determinado producto para ser feliz. Probá a tu manera. Buscá recetas que te gusten a vos, prepará tu primera leche vegetal, animate a cultivar verduras, experimentá, dale rienda suelta a tu curiosidad y maravillate con lo que puede hacer tu creatividad.
Es importante que te tengas paciencia para aprender. Si alguna vez te equivocás, recordá que estás haciendo lo mejor y tomalo como un aprendizaje para el futuro.
Ante todo, esto es un camino y, como en todo camino, podés tropezar. Lo importante es levantarse y seguir caminando.
Espero que estos consejos te puedan ayudar a incorporar más y más productos veganos de forma fácil y placentera.
¿Qué te parecieron estos consejos?
¿Agregarías alguno que también te resulta útil?
¿Te quedó alguna duda?
¡Contanos en los comentarios cuáles tips vas incorporar la próxima vez que vayas de compras!
Autora: Rocío Sarmiento ~ Colaboradora de Vegan’s Paradise