Autora: Rocío Sarmiento ~ Colaboradora de Vegan’s Paradise
Sabemos que el veganismo es el camino a tomar para un mundo más amable con todo lo que nos rodea.
Probablemente estés pensando en volverte vegana por los demás animales o por el planeta, pero ¿ya te pusiste a pensar que además puede abrirte puertas a nivel personal?
Aunque no creo que vayan a ser tus motivaciones primarias, puede ser un alivio considerar que en el camino te vas a encontrar cada vez con más beneficios, tanto propios como ajenos, que reafirmen tu convicción.
Por eso, hoy quiero contarte sobre 4 posibilidades invaluables que me brindó el veganismo que espero que te sirvan de inspiración para ver todo lo que puede brindarte a vos también.
1) Descubrir alternativas insospechadas
2) Conectar mejor con mi cuerpo
3) Evitar “el piloto automático”
4) Construir conocimiento en comunidad
1) Descubrir alternativas insospechadas
Sin dudas, uno de los regalos más lindos que descubrí al hacerme vegana fue el mundo de opciones que se abrió ante mi decisión. Puede que te hayan llevado a pensar que el veganismo es restrictivo, pero, mientras más te adentrás en este camino, más te das cuenta de lo abundante que realmente es.
Al adoptar este modo de vida, inevitablemente terminás buscando opciones nuevas, recetas y productos que tal vez ni siquiera sabías que existían.
El mundo vegetal es tan vasto y tan versátil que te vas a quedar pensando: ¿por qué no tomé la decisión antes?
Esta semana, por ejemplo, fue la primera vez que preparé kéfir. Al hacerlo, estaba muy entusiasmada por probarlo, pero debía esperar.
Mi felicidad días después es difícil de reproducir, pero revivo el sentimiento al escribirlo. Es increíble cuántas cosas nuevas pueden revelarse si exploramos lugares que no conocíamos.
Con hallazgos pequeños como este, día tras día, me sigo convenciendo de que esta posibilidad de maravillarme con cosas nuevas es algo que quisiera conservar siempre y, gracias al veganismo, ¡siento que aún me quedan muchísimas sorpresas por descubrir!
2) Conectar mejor con mi cuerpo
Si te soy sincera, antes de hacerme vegana no registraba realmente mucho lo que pasaba por mi cuerpo.
Hacía ejercicio simplemente por costumbre (ya voy a hablar de eso en el siguiente punto) y basta. No fue hasta que comencé a pensar en serio en lo que había en cada producto que compraba que me di cuenta de la poca atención que prestaba a mi cuerpo.
Ahora comprendo que mi cuerpo no es ajeno a mí porque aprendí a escuchar más la conexión entre mis sensaciones físicas y emocionales.
No te voy a decir que nunca más me comí una hamburguesa (vegetal, obvio) o una golosina, pero sí lo considero más a conciencia al momento de hacerlo.
Por ejemplo, intento evitar comer distraída o en exceso. Tomo mucha más agua, respiro y le doy a mi cuerpo lo que siento que necesita.
Siento que he encontrado un balance gracias a la atención activa que he ido desarrollando. Así, me siento mucho más liviana, en cuerpo y mente.
3) Evitar “el piloto automático”
A veces, cuando comenzamos este camino parece difícil distinguir qué podemos consumir, ya que desconocemos algunos procesos. Inevitablemente, nos encontramos en cuestionamiento y aprendizaje contínuo.
Vamos recibiendo información y nos damos cuenta de que, desafortunadamente, muchas áreas de la vida (tal vez más de las que esperábamos) todavía están atravesadas por la explotación animal.
Lejos de desanimarte, esto puede funcionar como motivación para identificar el poder que tiene tu influencia. Sea como sea, mi punto es que, al informarte, es difícil volver a mirar algunos “productos” o “servicios” sin ver al animal y al proceso detrás.
Así, cada día nos preguntamos qué comprar, qué no, y por qué, ya que tenemos en cuenta que nuestro accionar tiene consecuencias.
A su vez, esta vuelta de tuerca de dejar de actuar por costumbre implica comenzar a tomar decisiones de forma consciente, buscar alternativas de forma activa y tener en mente a las demás personas, animales y al planeta.
Para ser más clara, ya no exclusivamente dentro del veganismo, sino desarrollar el pensamiento lateral, la capacidad de dudar y la empatía para todo.
Me entusiasma tener preguntas que requieren de una investigación para lograr desarmar mis ideas y creencias y volverlas a ensamblar con nuevos conocimientos y preguntas.
Esta es probablemente una de las herramientas más poderosas que me brinda el veganismo, pero que se puede aplicar a otros aspectos de la vida.
4) Construir conocimiento en comunidad
El punto anterior justamente posibilitó compartir esta capacidad de cuestionamiento con otras personas. Ya fueran personas veganas que quisieran intercambiar opiniones o personas no veganas genuinamente interesadas (y, a veces, no tanto) en entender algo a lo que no le veían sentido, puedo decir que me he enriquecido mucho de las preguntas ajenas.
Entendí que nuestra visión sobre un asunto está influenciada por nuestras vivencias personales. De esta forma, me permití abrirme más a la posibilidad de no saber y estar más dispuesta a construir conocimientos también con otras personas.
Comprendí que se puede aprender de los demás y de sus formas de pensar incluso cuando no estamos de acuerdo.
A su vez, he ejercitado mucho cómo enseñar y transmitir información de una manera adecuada al momento, a quien me cuestiona y a la actitud con la que se acerca, regulando la energía que considero pertinente.
Creo que este es un proceso que, en la mayoría de los casos, se empieza por empatía. A medida que nos embarcamos más en este viaje, aprendemos a pulir y profundizar esa empatía con aprendizajes valiosos acerca de nuestro entorno y, sobre todo, de nosotras mismas.
A cada paso estoy más convencida de seguir transitando este camino que nos lleva a crear un mundo mejor.
Estas fueron solo algunas de las posibilidades que me ha brindado el veganismo, pero, como he dicho, se encuentra en constante evolución.
¡Espero que te animes a tomar el paso para experimentar por vos misma estos y otros aprendizajes!
¿En qué otro aspecto te parece que puede ayudarte o te ha ayudado el hecho de adoptar el veganismo?
¡Contanos en los comentarios!
Autora: Rocío Sarmiento ~ Colaboradora de Vegan’s Paradise